Adiós, querido Markus Häusling

19 December, 2016 | english

Markus Häusling – un triste adiós

Nunca hay un tiempo para decir adiós, nunca se está preparado para ese momento. Pero cuando alguien se va, deja miles de memorias que perdurarán por siempre.

Nos toca despedirnos de Markus Hausling, que perdió su batalla con el ALS esta semana. En un momento tan particular del año en el que las familias se aprontan para reunirse y celebrar, la familia del paratriatlón y del triatlón recibirá las navidades con una silla vacía.

Eric Angstadt Torres, Gerente de Paratriatlón y Multideporte de la ITU, expresó que “Solo puedo decir que fue uno de los atletas que más disfrutó de cada carrera, con una sonrisa, sin importar el resultado. Apreció cada momento de la vida de una manera en que pocos lo hacen. Esta actitud tan positiva, su energía tan positiva hacían que te sintieras especial cuando estabas con él. En 2015, después de Chicago, se dio cuenta que sería muy difícil competir en Río, sus planes se vieron interrumpidos. Somos afortunados de haber disfrutado de su compañía como atleta y persona. Lo extrañaremos mucho.”

Markus trabajaba como guardia en una prisión de máxima seguridad cerca de Kassel, Alemania. Su problema de salud comenzó en 2004. En sus palabras, “Mi parálisis comenzó en 2004. En un partido de football- yo era arquero- de repente dejé de sentir mis piernas. Me caí, pero no le di mayor importancia, creí que se debía a la falta de sueño, porque a veces me tocaba el turno de noche y era agotador. Pero esa situación se volvió a repetir. Me pasó al mes y empeoró. Los expertos médicos diagnosticaron ALS (Esclerosos lateral, conocida como enfermedad de Lou Gehrig). Nunca establecimos cómo se inició la infección, podría deberse a una aguja infectada con la que me inocularon.”

Un hombre joven, con familia, debía enfrentar una realidad que no era nada buena. No había salida, y confinado a una silla de ruedas en el peor momento de su vida, dijo que “En ese momento pensé que era demasiado, iba a perder mi trabajo, enfrentar la bancarrota y ver cómo se derrumbaba mi matrimonio. Fue en noviembre de 2005. Llegué hasta el balcón de mi cuarto de hospital con la silla de ruedas y me impulsé al vacío. Quería terminar con todo, pero el equipo médico sabía de mi depresión y había dispuesto una red de seguridad debajo de la ventana. Caí sobre ella… Luego puedo decir que mi familia me salvó y me dio el apoyo que necesitaba para salir del pozo.”

Es gratificante ver a un empleador ayudar a sus empleados, y eso es lo que sucedió en el caso de Markus; en lugar de despedirlo por incapacidad, se hicieron los ajustes necesarios para que pudiera retornar a su actividad. Inicialmente se desempeñó en el área administrativa de las operaciones de la prisión, y gradualmente volvió a trabajar con los internos.

Siempre recordaremos la sonrisa de Markus. Una sonrisa brillante, llena de humor. Trabajó en la prisión durante 16 años, 11 en silla de ruedas. Fue un hombre que aceptó desafíos y los transformó en oportunidades. En una ocasión se refirió a un incidente en la prisión “Estaba en una de las alas viejas, normalmente no había internos en esa sección. De repente, apareció un prisionero de la nada y me bloqueó el paso. Me preguntó qué haría si decidía tomarme de rehén.” En un momento así, es natural luchar o huir, como mecanismo de defensa instintivo, inherente al ser humano. Markus adaptó esa reacción y le dijo “yo no sería un buen rehén, porque no te podría proteger el pecho de las balas de los francotiradores en las torres de control. Además, tendrías que empujarme, con lo que tendrías una mano en la silla y la otra en tu presunta arma. Iríamos en círculos, por último, si yo me cayera, tendrías que recogerme y llevarme en andas.’ Entonces el prisionero se quedó tranquilo.”

Río era su meta, pero la agresividad de la enfermedad frustró sus planes. Río quedaría fuera del calendario, y entonces Markus dedicó su tiempo a la caridad, “Kennst Du ALS” y con un gran gesto de amistad, pasó su bicicleta manual al atleta brasileño Fernando Aranha, que corrió en Rotterdam a principio de año y quien, con la bicicleta de Markus, llegó entre los diez primeros en Río. En cierto modo, Markus también llegó a Río – porque su nombre estaba en la bicicleta que cruzó la meta.

Markus pasó un año con un periodista de NDR (Norddeutscher Rundfunk). Los invitamos a ver “Das Schicksal des Paratriathleten Markus Häusling”, para conocerlo mejor. El vídeo, en alemán, es duro, lloré al verlo esta mañana, aunque me embargó un sentimiento difícil de definir. Vi a un gran hombre, lleno de valor.

Ruhe in Frieden Markus
Lachend, optimistisch und ein Vorbild. Man kann nicht alles gewinnen.

“Das schönste Denkmal, das ein Mensch bekommen kann,
steht in den Herzen seiner Mitmenschen” (Albert Schweitzer).

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